Nuestro plan, era madrugar para poder llegar a una hora razonable al Musée du Louvre, pero al igual que me ocurre en cada viaje... la grastroenteritis acechaba. Hasta que el Almax no hizo su efecto (suerte que siempre lo llevo en el neceser), no pudimos salir del hotel.
Llegamos a les Jardin des Tuleries sobre las once, y a lo lejos ya avistábamos una larga larga cola. Cuando al fin alcanzamos colocarnos los últimos, unos agentes de la "germanderie" nos informaron de que el tiempo de esperaba oscilaba las tres horas.
Minutos después, el diluvio universal caía sobre el 1er Arr. Decidimos pasar de entrar gratuitamente y buscamos planes alternativos.
Muy cerca teníamos l'Eglise de St. Germain l'Auxerrois, pero no pudimos resguardarnos de la tormenta, estaba cerrada!
Un buen tazón de leche era muy apetecible, así que nos refugiamos en el Café du Pount-Neuf, just al ladito del río Sena.
Chequeamos el mapa y pusimos rumbo al Centre Pompidou. Por el camino, me encontré de casualidad la Maison Louis Vuitton, menuda ilusión me hizo, primera noticia agradable del día!
Llegamos y acertamos, la cola no era más de 15 minutos y por mas alegría, nos salió el sol, yuhu!!!
Una vez dentro, me volví a encontrar fatal y me quedé sentada, tal pajarillo, mientras mi madre y Eric hacían ruta.
Para comer, el "Chouchou", de nombre curioso pero precio muy muy aceptable (Rue Rambuteau 63), os aconsejo el pollo a la brasa, con una ración podéis comer tres!
Necesitaba con urgencia llegar al hotel y meterme en la cama, los dolores cada vez eran mas intensos. Así que pasamos toda la tarde cómodamente tumbados jugando al UNO (que nunca falte en la maleta)!
Después de cenar, decidimos hacer un largo paseo, subimos a pie hasta Sacre Coeur. Nos has sorprendido la cantidad de gente que acude a misa a estas horas!
Y así termina nuestro día, disfrutando de la solitarias y tranquilas calles parisinas a altas horas de lamadrugada.
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